Tras un merecido descanso, volvemos a iniciar un nuevo curso profesional. Los cinco sentidos han de estar presentes para que la campaña de Navidad que hemos de preparar concluya con buen éxito.
Ya estamos en la meta para iniciar la carrera para una gran campaña de Navidad. Regresamos de un merecido descanso y no hay tiempo que perder. Debemos dejar que suceda lo inesperado para poder entender todo lo que pasa a nuestro alrededor.
Los cinco sentidos han de estar presentes en todo momento; pero debemos sumergirnos en el mundo de la magia para poder descubrir sentidos desconocidos hasta el momento. Es la pasión por cada cosa la que nos da señales y a nosotros nos toca descifrarlas.
Solo el entusiasmo nos va a ayudar a hacer lo imposible. Si hemos escogido un camino, sigamos transitando por él mirando hacia adelante. Hagamos realidad los sueños y dejemos que estos nos hagan caminar de frente, pero no cometamos el error de pensar que el camino va a ser fácil y con las puertas muy anchas; deberemos allanarlo en cada instante.
Si comenzamos alguna cosa, llevémosla hasta el final. Recordemos que somos lo que decidimos ser y no lo que otros quieren que seamos.
Debemos creer en las señales, en el destino. Creo en que todos los días tenemos la posibilidad de tomar la mejor decisión a seguir; pero debemos estar convencidos que desde la colaboración y el trabajo conjunto podemos ayudar a los clientes a escoger y tomar la mejor decisión.
Estamos ante un gran desafío. Y el sector joyero-relojero tiene la capacidad y responsabilidad necesarias para liderar este proceso de cambio en el que estamos inmersos.
Todos los retos son comunes para fabricantes y distribuidores. Debemos trabajar colaborativamente. La marcas son nuestra identidad, y el valor de lo que hacemos nuestra historia, el esfuerzo, la pasión y filosofía que nos impulsa.
Debemos estar en permanente escucha con el consumidor para poder ofrecerle lo que quiere y necesita, y ser muy precisos y rápidos para su satisfacción. La empatía, flexibilidad y trabajo en equipo son fundamentales.
Tenemos que innovar para poder adaptarnos a los gustos, necesidades y cambios constantes del consumidor. Pensar en clave de futuro significa cambiar las capacidades que nos han servido en el pasado, no mirar hacia atrás y correr aunque no sepas por qué.
Hemos de estar con la mente muy despierta y saber que las personas que nos rodean y los proyectos que tenemos se convierten en fuente de felicidad y energía positiva si nos enamoramos de ello.